GUIDO ENRIQUEZ RUIZ |
Colombia
se encoge cada vez más
por.
Guido E.
Enríquez Ruiz
El despojo hecho a Colombia por la Corte
Internacional de Justicia de la Haya en su fallo del 19 de noviembre del pasado
año de 2012 deja ver, una vez más, la torpeza y falta de patriotismo de la
clase política que nos rige; los mismos vicios que hacen que este país esté en
los primeros lugares en injusticia y en desequilibrio social y que hasta en el
cine seamos ejemplares de bandidos y contrabandistas.
Colombia ha perdido
territorio con todos sus vecinos: cedió gran parte de su Amazonia a Ecuador,
Perú y Brasil; con Venezuela perdió parte de la Guajira y el archipiélago de Los
Monjes; con Nicaragua, la costa de Mosquitos y las islas Mangle grande y Mangle
chico, en 1928, y ahora cerca de 100.000
kilómetros cuadrados de mar. De 1810 hasta ahora nuestro país ha perdido el 54%
de su territorio. Esto es vergonzoso, pero peor es que más de uno de los
culpables sea considerado personaje ilustre. Es el colmo de la desfachatez que
explota la ignorancia del pueblo.
Quizás la peor historia sea la que se refiere
a la pérdida de Panamá: aquí hubo toda clase de abominaciones: desde grandes
pero sucios negocios hasta claudicaciones afrentosas, pasando por odios
políticos e injustas venganzas. Los textos oficiales han hecho creer a los
colombianos ingenuos que los norteamericanos “robaron” Panamá, en 1903, y que
no fue otra cosa. El expresidente panameño Pablo Arosemena en artículo
publicado, en el “Diario de Panamá”, en 1915, señala como a uno de los
culpables de la separación del istmo al caucano Carlos Albán, aunque fallecido
en 1902, por el pésimo trato dado a sus habitantes ya que uno de sus objetivos
era matar liberales y de esa filiación eran la mayoría de la gente ístmica que,
acosada por la persecución, anhelaba librarse de la tiranía conservadora que,
desde el gobierno se había declarado enemiga de la mitad de los colombianos. Y
en Popayán se le acaba de dedicar un parque a este siniestro personaje habiendo
tánta gente que le ha prestado excelentes servicios a la ciudad y al departamento y al país y que
merecería honores semejantes. Sería, a este paso, interesante buscar a alguien de aquí que haya contribuído
al despojo del mar de San Andrés para darle su nombre al próximo parque, con
estatua y todo. Otros, tratando de este mismo asunto, hablaron del “negocio”,
como Rafael Pombo:
“Los dos
bandos del godismo
difieren
en lo esencial:
en que con
igual cinismo
vende uno
NACIONAL-ISMO
y el otro
el ISTMO… NACIONAL”,
refiriéndose a los dos grupos en que, por
aquel tiempo, se había dividido el partido de gobierno, que era el conservador.
Si seguimos olvidando la historia o dejándola
tergiversar, peores cosas sucederán.
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